El Banco CAM, ubicado en Valencia, es un establecimiento financiero que ha experimentado varios cambios a lo largo de los años. Anteriormente conocido como Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), fue adquirido por el Banco Sabadell en diciembre de 2011. Esta adquisición se produjo después de que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) inyectara 5.249 millones de euros en la entidad para cubrir posibles pérdidas en la cartera crediticia.
El Banco Sabadell también obtuvo un Esquema de Protección de Activos (EPA) que cubría el 72,5% de las pérdidas derivadas de una cartera de activos de 24.400 millones de euros en los siguientes 10 años. Por su parte, en noviembre de 2012, el FROB adjudicó el Banco de Valencia a CaixaBank después de invertir 4.500 millones de euros en su saneamiento.
A pesar de que ambas entidades recibieron una cobertura ante posibles pérdidas en la cartera crediticia, la factura que siguen pasando es muy diferente. Mientras que el Banco Sabadell ha recibido aproximadamente 3.200 millones de euros del FGD y espera recibir otros 4.090 millones, CaixaBank ha girado su primera factura por 37 millones de euros en 2017 y se espera que la factura de 2018 ascienda a otros 55 millones de euros, con un cálculo final de 500 millones de euros.
Estos números reflejan la diferencia en la situación financiera de ambas entidades y las consecuencias de la fusión de la CAM con el Banco Sabadell y del Banco de Valencia con CaixaBank. Aunque ambas adquisiciones se llevaron a cabo por un euro, el Banco Sabadell ha tenido que hacer frente a una factura mucho mayor debido a la magnitud de los activos y las pérdidas asociadas.
La historia de la CAM es un ejemplo de los problemas que enfrentó el sistema financiero español durante la crisis económica. La CAM fue una de las cajas de ahorros más grandes de España y su colapso tuvo un impacto significativo en la economía de la Comunidad Valenciana. Miles de trabajadores perdieron sus empleos y muchos clientes vieron desaparecer sus ahorros debido a diversos timos, como las preferentes.
A pesar de estos problemas, el Banco CAM ha seguido operando y ha buscado formas de fortalecerse y adaptarse a un entorno económico complicado. Recientemente, se ha anunciado que la antigua sede de la CAM en Valencia se convertirá en un nuevo hotel de lujo en el centro de la ciudad. Esta operación inmobiliaria, intermediada por Solvia, permitirá la transformación del edificio y su aprovechamiento en un nuevo sector.
En cuanto a la atención al cliente, las opiniones son mixtas. Algunos clientes han elogiado la excelente atención recibida, destacando la capacidad de respuesta y la amabilidad del personal. Sin embargo, otros han expresado su insatisfacción con la falta de amabilidad y la poca disposición para resolver problemas.
En resumen, el Banco CAM en Valencia ha experimentado cambios significativos desde su adquisición por parte del Banco Sabadell. Aunque ha enfrentado desafíos financieros, ha seguido operando y buscando oportunidades para fortalecerse. La atención al cliente ha sido un punto de debate, con opiniones mixtas sobre la calidad del servicio.